La solución al problema de la malnutrición empieza en las aulas

La solución al problema de la malnutrición empieza en las aulas

La escuela se ha convertido en un espacio para fomentar la buena nutrición de los niños y las niñas
alimentación en las aulas

Jaume Vidagañ

La población mundial se enfrenta a un importante proceso de crecimiento demográfico y concentración urbana que amenaza la estabilidad de nuestro modo de vida. En este sentido, la humanidad está ejerciendo una gran presión sobre los recursos del planeta para proporcionar alimentos suficientes, asequibles y nutritivos a la población mundial.

En este punto, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) advierte acerca de la necesidad de afrontar un cambio «urgente» y «radical» en nuestros sistemas alimentarios a nivel económico, social y medioambiental.

Estos cambios pasan por instaurar dietas más nutritivas y accesibles para toda la población, mejorar las formas de vida en las comunidades agrícolas y ayudar a que los sistemas agrícolas sean más resilientes y sostenibles.

Un mundo desigual

Millones de personas se reúne cada día en una mesa desigual. Actualmente, producimos muchos más alimentos de los que necesitamos —cada año se desperdician 1.300 millones de toneladas de comida en todo el mundo—; sin embargo, todavía hay más de 820 millones de personas que padecen hambre en el mundo. En el lado opuesto de la balanza, 2.000 millones de personas sufren sobrepeso u obesidad y más de cuatro millones de personas mueren cada año como consecuencia de estas enfermedades (el doble de muertes que por hambre).

El proceso de globalización que ha experimentado el mundo durante las últimas décadas ha creado nuevos entornos alimentarios que amplían las posibilidades de elección de alimentos y diversifican los hábitos dietéticos. Sin embargo, los sistemas alimentarios modernos tienen dificultades para garantizar una alimentación saludable para toda la población mundial.

Esta situación ha provocado que, actualmente, cerca de un tercio de la población mundial padezca algún tipo de malnutrición; además, las cargas derivadas por ello se transmiten de una generación a otra, según la FAO.

Con el objetivo de contribuir a acometer la necesaria transición hacia sistemas alimentarios y agrícolas más sostenibles, el Ayuntamiento de València y la FAO acordaron en 2018 la creación del Centro Mundial de València para la Alimentación Urbana Sostenible (CEMAS), encargado de la identificación, clasificación, divulgación y sensibilización de los grandes retos a los que se enfrentan las ciudades y la población en cuestiones alimentarias y nutricionales. Desde entonces, esta institución se ha convertido en una referencia mundial para temas de alimentación urbana y sostenible.

Alimentación en las escuelas

La desnutrición está relacionada con el 45% de la mortalidad en los niños y las niñas menores de cinco años, que son el colectivo más afectado por los problemas que existen en muchas zonas del mundo para garantizar una dieta equilibrada y saludable.

En este punto, la escuela se ha erigido como un espacio imprescindible para fomentar la buena nutrición y el desarrollo adecuado de los niños y las niñas en todo el mundo. Actualmente, 368 millones de niños y niñas reciben alimentación diariamente en la escuela.

Así pues, la FAO insta a los diferentes gobiernos a integrar la alimentación y nutrición en sus sistemas educativos, con tal de moldear patrones alimentarios saludables en su población.

«Educar a los niños y las niñas en el respeto hacia el valor de los alimentos, las temporadas y una dieta saludable es una herramienta fundamental en la lucha contra la obesidad infantil», aseveran fuentes de la FAO.

Educación potencia la alimentación saludable

Los menús de los colegios y escuelas infantiles de gestión municipal en la Comunitat Valenciana serán «elaborados con productos locales, frescos y producidos de forma sostenible y respetuosa con el medio ambiente».

Así se desprende del nuevo pliego de condiciones que determinará la licitación de este servicio, que durante el último curso atendió a más de 1.000 niños y niñas (1.060 de 1.216 menores de los citados centros escolares de la ciudad).

Según el nuevo pliego de condiciones, los menús escolares tienen que contener verdura fresca y de temporada a diario y, como mínimo, el 50% de estos productos serán obligatoriamente ecológicos. En el caso de las naranjas y mandarinas, el 100%.

«Desde la Concejalía de Educación queremos potenciar la alimentación saludable y, por ello, hemos introducido mejoras en los pliegos para la contratación de un servicio de comedor que garantice que la alimentación en los centros educativos municipales sea más saludable, ecológica, equilibrada y utilice productos de proximidad. Consecuentemente, los menús serán elaborados con productos locales, frescos y producidos de forma sostenible y respetuosa con el medio ambiente», explicó la concejala de Educación, Maite Ibáñez.

Por lo que respecta a la configuración del menú, la concejala también destacó que, por ejemplo, se servirá pescado de 1 a 3 veces por semana, siendo una de ellas fresco.

También se limitará al mínimo el consumo de productos precocinados (máximo 3 veces al mes, cuando la Guía de Conselleria establece un máximo de 6 veces al mes), fritos, etcétera.

Asimismo, la Conselleria de Sanidad trabaja en la elaboración de un borrador que establezca unos nuevos criterios para las licitaciones de restauración, con el objetivo de garantizar una alimentación saludable y sostenible en los menús que ofrecen los centros públicos dependientes de la Generalitat Valenciana (comedores escolares, hospitales y universidades, entre otros).

20 de julio – Alimentación Sostenible: un enfoque multidisciplinar necesario.

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