En junio de 2020, València lanzó su estrategia Missions València 2030, un modelo de gobernanza de la innovación basado en misiones que mejoran la vida de las personas y enmarcado dentro del objetivo de conseguir una ciudad más saludable, sostenible, compartida y emprendedora.
En este sentido, el Ayuntamiento de València impulsó hace algo más de dos años la primera aceleradora pública de triple impacto —social, económico y medioambiental—, que escoge e impulsa proyectos innovadores. Así pues, Col·lab es una de las herramientas con las que cuenta el centro de innovación Las Naves para contribuir a la estrategia Missions València 2030.
«Somos una aceleradora pública y, como tal, la ciudadanía es nuestra accionista», explicó Asun Sanchís, dinamizadora de stakeholders de Col·lab, durante su presentación en la cuarta jornada de i-Talks. Sanchís estuvo acompañada por el responsable de Col·lab, Mauro Xesteira, y la mascota de la aceleradora, Thinker, quien presentó a la audiencia la misión de esta herramienta pública.
Cada año, Col·lab elige a profesionales y compañías de nueva creación cuya finalidad esté alineada con la estrategia Missions València 2030. Formar parte de este programa no tiene ningún coste para las personas participantes y es equity free, por lo que no toma parte del capital social de sus aceleradas.
«Antes de establecerse el objetivo Missions València 2030, Col·lab ya estaba orientada hacia una ciudad saludable, compartida y sostenible. Más adelante, también se orientó hacia una ciudad emprendedora», apuntó Xesteira.
Actualmente, Col·lab se encuentra inmersa en su quinta edición, después de haber apoyado a más de 50 startups en los dos últimos años, con casi 300 personas participantes de 16 nacionalidades distintas.
La selección de las startups que participan en Col·lab se realiza a través de dos convocatorias abiertas —en abril y septiembre— en las que se seleccionan 15 proyectos para sus tres programas: pre-aceleración, aceleración y scale up.
Los criterios fundamentales para las empresas que decidan participar es que tengan un componente innovador claro o un impacto social y medioambiental relevante.
«Contamos con un jurado técnico de Las Naves que elimina aquellas convocatorias que no tienen un grado de innovación perceptible o que no tienen un impacto social ni medioambiental. Después, un segundo jurado independiente elige qué startups entran o no en la aceleradora», añadió Xesteira.
No obstante, existe una vía de entrada directa para el equipo ganador del Hackathon de innovación social y urbana Col·lab Weekend, que se celebra en septiembre, y para aquellas entidades beneficiarias de las subvenciones anuales a proyectos de innovación del Ayuntamiento de València.
Las startups que forman parte de Col·lab pertenecen a sectores muy dispares, tal y como enumeró Asun Sanchís: «Patrimonio físico, energía, movilidad, moda sostenible, agroalimentación, inclusión social o salud y bienestar».
En la actualidad, la mayoría de las startups que participan en Col·lab están enfocadas a la resolución de la primera misión: València Ciudad Neutra.